Pachacamac era
considerado el “soberano del mundo”,
“un dios sin piel ni huesos", el creador de personas, plantas, animales y todo
cuanto existe. Estaba ligado a varios elementos de la naturaleza, como el agua
y fenómenos como los temblores, muy comunes en la costa pacífica del Perú. Sin
embargo, lejos de ser quien protegía a las personas de los movimientos
telúricos, era quien los provocaba y a quien había que agradar y ofrendar para
evitarlos.
Recomendamos
conocer el lugar
Cerca de
Lima, Perú, recorro el enorme e impresionante complejo. ¡Cuánta grandeza e
imponencia del pasado! Han transcurrido cerca de dos mil años y creo que
desaparece poco a poco, como para evidenciar lo efímero de este mundo. Varias
culturas ocuparon ese espacio y cada una contribuyó a través del tiempo: Lima,
Ichsma, Wari e Inca. La relación con nuestras culturas ecuatorianas de la costa
se dio sin duda alguna, pues en la Sala Museo Oro del Perú del Malecón de la
Reserva se destaca a la concha Spondylus, única en su género, proveniente de
los alrededores de Manta. Con el arribo del arqueólogo alemán Max
Uhle al Perú entre 1895-1896, se inician los trabajos de investigación
científica. Uhle comienza su labor en Pachacámac en febrero de 1896 y concluye
en diciembre del mismo año. La principal fuente de evidencias arqueológicas de
Pachacamac corresponde a Uhle que excavó al pie del Templo Pintado; el informe contiene la más grande colección
de entierros envueltos en finos textiles multicolores con la técnica y
decoración propia de los Wari de Ayacucho. A esta zona arqueológica de
Pachacamac de 465 hectáreas llegan cada
día cerca de 500 turistas.
Sitio de homenaje a Max Uhle |
Mucho para admirar y
aprender
Es el santuario pre-hispánico más importante de la
costa central del Perú, nombre asignado por el Inca Túpac Yupanqui, según las
crónicas, al dios yunga Ychsma. Dicho santuario presenta, entre su
variada arquitectura, una ocupación que va desde el periodo Intermedio
Temprano hasta el Horizonte Tardío. El Señorío de Ychsma basó su
predominio en una extensa zona basado en una influencia religiosa, prueba de
esto son las diferentes esposas e hijos del dios Ychsma (Pachacamac), convirtiéndose
en verdaderos enclaves religiosos, que tributaban a Pachacamac. Quizás el
pilar que favoreció a la diseminación del culto al dios Pachacamac fueron los
mercaderes Ychsmas, quienes además de sus labores de trueque, difundían
el culto a Pachacamac. Otro punto que
pudo favorecer a su difusión pudieron ser sus poderes sobre los movimientos
telúricos, que infundían temor entre los naturales y, sus oráculos, muy
solicitados, inclusive desde tierras lejanas.
Hernando
Pizarro fue el primero en llegar
Fue la expedición dirigida por Hernando Pizarro la
primera en llegar al santuario de Pachacamac; dicha expedición partió
de Cajamarca el verano de 1533 luego de transcurrido un tiempo de los
incidentes de la captura de Atahualpa. Gracias a dicha expedición, no
solo se tiene información referente al señorío Ychsma, sino también, contribuyó
al conocimiento de señoríos importantes como el de Huaura, Barranca y Chancay,
siendo Miguel de Estete el responsable de realizar la crónica del citado
viaje. Al llegar Hernando Pizarro al señorío Ychsma, fue recibido por
Taurichumbi, principal impuesto por el Inca, y una comitiva de líderes de los
señoríos aledaños. Luego de recibir el oro existente en el santuario
bajo amenaza de muerte a los principales del santuario, procedió a visitar
el templo de Pachacamac, actualmente conocido como el Templo Pintado por su
decoración pictórica. Según las crónicas de Estete, Hernando Pizarro
pidió ser llevado ante el ídolo de Pachacamac, y al llegar a su templo,
encontró al ídolo en un recinto precario y oscuro, rodeado de productos marinos
en descomposición. Al relacionar al ídolo de Pachacamac con el
diablo, lo derribó de su lugar de descanso, ante esto los naturales congregados
se atemorizaron y solo esperaron que la tierra tiemble por la ofensa
propinada ante el ídolo, lo que nunca sucedió, causando asombro de los
naturales.
Hallaron el ídolo en 1938
El ídolo se encontraba perdido desde que fue derribado
por Hernando Pizarro hasta su descubrimiento el año de 1938 por parte del Dr.
Alberto Giesecke, durante los trabajos realizados en el Templo Pintado.
En este Ídolo tallado en madera se expresa una de las bases de la cosmovisión
andina, la Dualidad, representada por los dos personajes tallados de manera
opuesta representando una unidad, vestido uno de ellos con un traje adornado
por maíz y el otro con un traje adornado con figuras de animales. Debajo
de este objeto de unos 50 cm. de altura aproximadamente, se pueden apreciar
tallas de felinos, serpientes de una y dos cabezas, personajes antropomorfos
entre otros dibujos. Dichas representaciones son relacionadas con el mito
de Pachacamac y Vichama, los cuales estarían representados en los dos
personajes que miran hacia lados opuestos. Es posible apreciar una
réplica del mencionado ídolo en el Museo de Sitio de Pachacamac. Desde la cima se contempla el mar, la vista es
preciosa. Sin duda el lugar guarda muchos misterios. Los científicos siguen
estudiando día a día.
César Pinos
Espinoza
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