sábado, 10 de agosto de 2013

10 DE AGOSTO DE 1809: COMIENZO DE LA PRIMERA REVOLUCIÓN AMERICANA



El Marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montúfar reúne en su hacienda “El Obraje” en el Valle de Los Chillos, el 25 de Diciembre de 1.808, al Dr. José Luis Riofrío, cura de la Parroquia de Píntag, al capitán Juan de Salinas, a los abogados Juan de Dios Morales y Manuel Rodríguez de Quiroga entre otros, en la llamada “Conspiración de Navidad”, en donde discuten sobre este tema y en la que llegan a la conclusión que la mejor forma de “evitar” una posible dominación francesa es precisamente imitando el mecanismo imperante en España: la constitución de una Junta Soberana.

A esta idea se fueron sumando varios adeptos entre los meses de enero y febrero de 1.809 pero son descubiertos por el gobierno y apresados a inicios del mes de marzo del mismo año. Al ser gente de clase adinerada los acusados consiguieron la mejor defensa e inclusive y para “suerte” de los conjurados varios desconocidos lograron robar la documentación referente al proceso legal en su contra motivo por el que los reos son puestos en libertad.

Una vez liberados los conspiradores vuelven a reorganizarse y la rebelión comienza la noche del 9 de Agosto en casa de la patriota Dña. Manuela Cañizares y termina la madrugada del 10 de Agosto de 1.809, una vez que queda conformada la Junta Soberana de Gobierno, teniendo como autoridades al Marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montúfar, y al Obispo José Cuero y Caicedo, como presidente y vicepresidente respectivamente, además los Drs. Juan de Dios Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Juan Larrea fueron nombrados como Secretarios de Estado, Despachos de lo Interior, de Gracia, Justicia y Hacienda.
Ese mismo día muy temprano por la mañana el Dr. Antonio Ante, Secretario General de la Junta de Gobierno, visita a Don Manuel Urriez, Conde Ruiz de Castilla, Presidente de la Real Audiencia de Quito, con el fin de comunicarle que la Junta de Gobierno lo relevaba de sus funciones; al mismo tiempo el Coronel Juan de Salinas, al mando de la fuerzas militares de Quito declaraba lealtad a la Junta de Gobierno y al “bien amado” Rey Fernando VII.   

Esta la narración histórica del acontecimiento inolvidable que por supuesto tiene antecedentes en lo que es actualmente nuestro territorio ecuatoriano, con rebeliones indígenas y mestizas en contra de la opresión y abuso de las autoridades españolas. Pero siendo la primera que se fue en contra el orden establecido y que determinó un gobierno provisional, no fue la única en América, pero sí la que generó el comienzo de la Independencia Americana años enseguida con nuevos personajes como Simón Bolívar hasta concluir en Pichincha, Boyacá, Carabobo, Junín y Ayacucho, sin que todo esto signifique la independencia definitiva de América que hoy por hoy reclaman nuestros pueblos.

César Pinos Espinoza





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