lunes, 10 de junio de 2013

Mataje: Por los límites del norte ecuatoriano



A las diez de la mañana en San Lorenzo el calor es abrazador. Proseguimos por otros lugares del cantón y a cada paso, todo llama la atención: la gente de raza negra, su vestimenta vistosa, la alegría y bullanguería de los jóvenes, las chicas que salen de sus colegios y el ambiente como de fiesta en cada momento. En la Hostería El Pedregal presentan un acto cultural de danza típica de la zona, algunas autoridades se han dado cita y es para nosotros la oportunidad de dialogar con la gente y admirar sus habilidades artísticas. Una chica morena nos invita a bailar la música de la marimba, luego a comer un sabroso plato típico, y así, algunos apuros y momentos que no constaban en la agenda pero que suelen ser parte de estas aventuras. Cada momento conocemos más de estos pueblos, nos falta hablar de otros puntos turísticos, del sector portuario, del tren y la historia de su llegada al mismísimo muelle, de lo bonito que está quedando todo ese sector; de la vieja y abandonada casa del pintor Endara Crown, es decir de muchas cosas que ofrece esta bella como desconocida tierra ecuatoriana.
Ya junto al río Mataje
En un momento del siguiente día resolvemos intentar la aventura de conocer el pueblo de Mataje, ya en los mismos límites con Colombia. Siempre la curiosidad nos mueve. Ahora nos dirigimos en auto por una carretera que nos parece interminable y de grueso lastre. Por seguridad, para no extraviarnos, preguntamos a un hombre en la carretera si estamos en la ruta correcta, dice que sí y que lo llevemos para indicarnos; nos pareció una imprudencia porque era un campesino desconocido y cualquier cosa podía suceder. Nos habló de cierto peligro de la vía porque pueden producirse asaltos, aunque esto es más factible en la noche; nos ofrece un vaso de la gaseosa de una botella que lleva, pero gentilmente le agradecemos sin aceptarle porque a la mente enseguida acude lo que se ve en la televisión; el hombre se queda en el camino y continuamos porque según él, ya faltaba muy poco para llegar al río y pueblo de Mataje.
Río tranquilo y día lluvioso
Toda esa zona es completamente verde y la hemos visto desolada, hasta llegar por fin a un retén con palo y cadenas que decía ¡Alto!, aquí no más. Surgen de pronto dos militares armados y equipados que nos piden papeles y motivos de nuestra presencia en esos lugares. Solucionado el impase y revisado el auto, por si acaso armas, nos dan el tiempo de media hora para estar en el límite y volver. Entonces comenzó a llover y todo tuvimos que hacer apresuradamente, fotografías, observaciones y descripciones. El río Mataje corre lentamente, con un ancho de unos 150 metros y un bajo fondo. Unas pocas casas de madera hacia uno y otro lado de la frontera, unos jóvenes que juegan en una cancha del lado ecuatoriano y el silencio, son las características que observamos. Nuestro pasajero fortuito dijo que a veces pasan chicas colombianas hacia nuestro territorio y que son requeridas para servicios personales. Misterioso el lugar y no apto para estar tranquilos. Pero vemos que intentan construir un puente que sería internacional y de seguro cambiarían las cosas porque implicaría movimiento, aduanas, control militar y policial, y alejaría el peligro del que hablan en esa zona en cuanto a tráfico de drogas y presencia de guerrilleros.
Etnias desconocidas en una gran zona
Algo muy interesante de la zona oriental de San Lorenzo es la Reserva Étnica y Natural de los Awá, según dicen, últimos descendientes de los primeros aborígenes de esa región; ellos mantienen sus tradiciones culturales dentro de una exuberante vegetación de bosques, llanuras y una montaña caracterizada por su flora y fauna, donde se puede observar gran variedad de aves, propias del lugar. Los Awá son hábiles pescadores y cazadores, cultivan preferentemente plátano, caña de azúcar y yuca. Son alrededor de 13 mil habitantes, de los cuales cerca de 3 mil se encuentra en territorio ecuatoriano. Su área es binacional con un total de 5.800 km2, de los cuales 1100 km2 son de los Awá. Hablan el Awapit, de la familia lingüística Chibcha. El territorio Awá está habitado por tres grupos étnicos: los Awá, los Chachis y los grupos Afro-Ecuatorianos, todos distribuidos en 18 comunidades que conforman la Federación de Comunidades Awá del Ecuador.
Es poco lo que exponemos y es mucho lo que ofrece la tierra esmeraldeña: tradiciones, costumbres, historia, paisajes hermosos, ríos navegables, y, contrariamente a lo que exagera la prensa nacional, se respira un ambiente pacífico e interesante. Por eso, vale conocer San Lorenzo, rincón escondido y bello de nuestro territorio nacional.
César Pinos Espinoza
www.proyectoclubesdecomunicación.blogspot.com 






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