sábado, 13 de julio de 2013

HISTORIA: Pedro Sarmiento de Gamboa, un explorador y aventurero misterioso.




Nace en Pontevedra, 1530 a 1532, muere en el Océano Atlántico, frente a Lisboa, 17 de julio de 1592; fue un marino, explorador, escritor, historiador, astrónomo, científico y humanista español del siglo XVI. Poco se sabe acerca de sus actividades de juventud. Tuvo, indudablemente, para su desenvolvimiento social, todas las trabas que podían aparecerle a un mozo desvalido y sin alcurnia, ostentando tan sólo del enorme "talento que Dios me comunicó…”

De la narración de “Critias” en Platón, cuenta Sarmiento su propia contemplación de un Continente sumergido, pero no se queda ahí: fundamenta: “La quinta parte se llama, o llamó, la isla Atlántica, tan famosa como grande, y en cuantidad excedía a todas las demás dichas y aún a algunas juntas de las mayores. Los pobladores de la cual, y su descripción pondré, porque ésta es la tierra; o al menos parte della, destas occidentales Indias de Castilla"

De dónde aprendió Sarmiento de Gamboa todo aquel caudal de Ciencia de variadísimas ramas del saber, que además pudo gloriarse de exponerlo en teoría y práctica, como pocos podrían hacerlo. Es un misterio. Pudo saltar de la Cosmografía a la pintura, de las regiones de la Magia a la fría matemática, también escribió y publicó muy buena poesía. Fue versado en Astronomía, Historia, Humanidades y en el arte de navegar. Poseía, según su gran biógrafa Rosa Arciniega, "aliadas con él en singular maridaje, esas tres características que pueden dar como resultado el genio: una desbordante fantasía, una extraordinaria aptitud para las rigurosidades matemáticas y una diamantina voluntad". Manejaba algo del griego y sabía el latín hasta el extremo de hablarlo ante la mismísima Reina de Inglaterra, Podía determinar por cuenta propia el meridiano de Lima en relación al de España. Después de residir en México, donde por haber leído en la calle un remedo bromístico al Santo Oficio de la Inquisición (que siempre le estuvo vigilando atentamente, porque Sarmiento "sabía demasiado") y por ello fue condenado a azote público y destierro, pasó por Guatemala, siempre haciendo neo-arqueología (como en el país azteca) y luego vino a dar, ¿en1557? en el Perú, donde, como en todos los lugares en que vivió, levantaba cartas natales y proveía de ciertos filtros amorosos a clientes encumbrados, para sobrevivir económicamente.

Cuando el Virrey don Diego de Zúñiga y Velasco cae asesinado en la calle por orden de un marido burlado, el 20 de febrero de 1564, mientras descendía de un balcón por una escalera de mano luego de haber pasado algunas horas en la intimidad con doña Catalina López de Zuñiga, dama de alcurnia y pariente suya, casada con el magnífico don Rodrigo Manrique de Lara…se cumple con total exactitud un horóscopo confeccionado dos años antes por un misterioso astrólogo, que hasta el minucioso cronista Fernando de Montesinas sugiere que fue Pedro Sarmiento de Gamboa.

Años después, en 1578, la Santa Inquisición volverá a ocuparse de él. Es que temen a ese hombre, que todo lo hace "en el Nombre de Jesús y la Virgen Santísima", pero intuyen que eso es pantalla pura, pues maneja conocimientos y habilidades que a los inquisidores les son vedados, y no saben de dónde los obtuvo. Cuando en 1567 se organiza desde la propia Lima la célebre expedición que irá en busca de las bíblicamente definidas como "maravillosas tierras de Ofir" (el actual archipiélago de Salomón), Sarmiento de Gamboa, que ha estado por año y medio semi oculto en el Cuzco, se enrola entusiastamente en la partida, con el cargo de "Capitán y Consejero de Derrota" de la patriada que dirige Álvaro de Mendaña.

El 7 de entro de 1568 hacen puerto en una isla que denominan Santa Isabel de la Estrella. Las aventuras corridas en el viaje son variadísimas, y Pedro Sarmiento hará después un prolijo relato de todo y sus riñas con el propio Mendaña y el piloto Hernán Gallego, porque él quiere continuar viaje al este en busca de "una grande Tierra" que, sabe, existe. Si le hubieran hecho caso, España habría descubierto y tomado posesión de Australia.

El asalto del pirata Drake al Callao el 15 de febrero de 1579 motiva que Sarmiento de Gamboa, con el grado de Sargento Mayor, integre la flota que sale a castigarlo. No se logra otro objetivo que un rotundo fracaso. Pero no obstante, la dura experiencia sufrida sirve para que España comprenda la urgente necesidad de fortificar el Estrecho de Magallanes, pues el corsario británico con su "hazaña", cruzando antes por el paso, ha dejado expedito el camino para que toda la plaga pirata franco-inglesa que navega por el Atlántico caiga ahora sobre los cuasi indefensos puertos del Pacífico.  Y el 10 de octubre de 1579 este auténtico Ulises de América, al comando supremo de una pequeña flota de dos naves, las "San Francisco" y "Nuestra Señora de la Esperanza”, zarpa del Callao. Diez meses y ocho días después, el 19 de agosto de 1580, Sarmiento lanzaba el ancla en el Guadalquivir, España. Lima y Sevilla quedaban unidas por mar.

Una de las razones valederas para realizar la toma de posesión y población de los territorios magallánicos es la descripción física que Sarmiento ha hecho de sus riquezas, al pasar por la región, en su periplo Callao-Sevilla. Leamos: " ... hay árboles de los de España: cipreses, sabinas, acebos, arrayanes, carrascas, apio y berros; aunque estos árboles estén verdes y mojados, arden bien, Hay patos negros y gaviotas y rabos de junco, que así se llaman porque tienen en la cola una pluma muy larga y delgada, encarnada, que cuando vuelan parece aquella cola un junco o palo delgado; rabí-horcados, que son como milanos y tienen la cola partida, y los mexillones cubren todas las piedras y arrecifes, y hay en ellos tantas perlas, perlas menudas, y dellas pardas y también blancas, que al comerlas se nos quebraban las muelas". Otro relato muy especial: "Una noche, mientras avanzaban por la salina y caliginosa superficie (del Pacifico) cierto marinero cayó al agua, y cuando ya todos desesperaban de encontrarlo y rescatarlo por las vías naturales, Mendaña (el capitán) les rogó que le encomendasen a Nuestra Señora, que ella lo guardaría. Entonces todos pudieron ver una luz que descendía por los aires, hasta situarse sobre el mozo como una candela, y no cesó de alumbrar hasta tanto el náufrago fue restituido a bordo".

"Otro día, cuando despuntaba el alba, la nao capitana en que navegaba Pedro Sarmiento de Gamboa chocó con una ballena que estaba durmiendo. El impacto fue tan grande que puso espanto a algunas personas, y durante los días subsiguientes las conversaciones se animaron comentando el incidente y las gigantescas proporciones del cetáceo".  Pero lo más impresionante ocurre el 7 de enero de 1568, cuando arriban a la Isla de Santa Isabel de la Estrella (así la bautizan ellos y aún conserva hoy día esa denominación). El episodio proporciona el avistamiento "de la Estrella" que cierra el rimbombante nombre: “... cuando entraban las naves por el puerto de Samba, con todo y ser la hora exacta del más claro mediodía, vieron en el cielo una estrella refulgente que parecía guiarlos hacia un fondeadero resguardado, como guió a los Reyes Magos otra estrella hacia el portal de Belén".

En Karukinka, el Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas de Tierra del Fuego, y tomado directamente del diario de navegación de Don Pedro Sarmiento de Gamboa, hay reproducido este párrafo: “Al penetrar en el Estrecho de Magallanes, el domingo 7 de febrero de 1580, esta noche, a una hora de la noche, a la banda del sudeste, cuarta al sur, vimos salir una cosa redonda, bermeja como fuego, como una adarga, que iba subiendo por el cielo o viento. Sobre un monte alto se prolongó: y estando como una lanza sobre el monte, se hizo como media luna entre bermeja y blanca, las figuras eran de estas maneras” (y aquí vienen tres dibujos: un plato casi redondo, un plato alargado y una especie de media luna).

Fuente:
Picco, Héctor Antonio. Las pruebas materiales de la tierra hueca. 2a.ed. Buenos Aires: La Edad de Oro, 1987.

2 comentarios:

  1. Nota: La Isla de Santa Isabel es la de mayor longitud de las Islas Salomón, situadas en Oceanía, y su extensión de 2.999 km² hace que sea la de mayor extensión de la provincia de Isabel. Los españoles fueron los primeros europeos en llegar a la isla. En 1568 alcanzó la isla la expedición de Pedro Sarmiento de Gamboa, Pedro de Ortega y Álvaro de Mendaña.

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