Nace en Pontevedra,
1530 a 1532, muere en el Océano Atlántico, frente a Lisboa, 17 de
julio de 1592;
fue un marino,
explorador, escritor,
historiador,
astrónomo,
científico
y humanista
español
del siglo XVI.
Poco se sabe acerca de sus actividades de juventud. Tuvo, indudablemente, para
su desenvolvimiento social, todas las trabas que podían aparecerle a un mozo
desvalido y sin alcurnia, ostentando tan sólo del enorme "talento que Dios
me comunicó…”
De
la narración de “Critias” en Platón, cuenta Sarmiento su propia contemplación
de un Continente sumergido, pero no se queda ahí: fundamenta: “La quinta parte
se llama, o llamó, la isla Atlántica, tan famosa como grande, y en cuantidad
excedía a todas las demás dichas y aún a algunas juntas de las mayores. Los
pobladores de la cual, y su descripción pondré, porque ésta es la tierra; o al
menos parte della, destas occidentales Indias de Castilla"
De
dónde aprendió Sarmiento de Gamboa todo aquel caudal de Ciencia de variadísimas
ramas del saber, que además pudo gloriarse de exponerlo en teoría y práctica,
como pocos podrían hacerlo. Es un misterio. Pudo saltar de la Cosmografía a la
pintura, de las regiones de la Magia a la fría matemática, también escribió y
publicó muy buena poesía. Fue versado en Astronomía, Historia, Humanidades y en
el arte de navegar. Poseía, según su gran biógrafa Rosa Arciniega,
"aliadas con él en singular maridaje, esas tres características que pueden
dar como resultado el genio: una desbordante fantasía, una extraordinaria
aptitud para las rigurosidades matemáticas y una diamantina voluntad". Manejaba
algo del griego y sabía el latín hasta el extremo de hablarlo ante la mismísima
Reina de Inglaterra, Podía determinar por cuenta propia el meridiano de Lima en
relación al de España. Después de residir en México, donde por haber leído en
la calle un remedo bromístico al Santo Oficio de la Inquisición (que siempre le
estuvo vigilando atentamente, porque Sarmiento "sabía demasiado") y
por ello fue condenado a azote público y destierro, pasó por Guatemala, siempre
haciendo neo-arqueología (como en el país azteca) y luego vino a dar, ¿en1557?
en el Perú, donde, como en todos los lugares en que vivió, levantaba cartas
natales y proveía de ciertos filtros amorosos a clientes encumbrados, para
sobrevivir económicamente.
Cuando
el Virrey don Diego de Zúñiga y Velasco cae asesinado en la calle por orden de
un marido burlado, el 20 de febrero de 1564, mientras descendía de un balcón
por una escalera de mano luego de haber pasado algunas horas en la intimidad
con doña Catalina López de Zuñiga, dama de alcurnia y pariente suya, casada con
el magnífico don Rodrigo Manrique de Lara…se cumple con total exactitud un
horóscopo confeccionado dos años antes por un misterioso astrólogo, que hasta
el minucioso cronista Fernando de Montesinas sugiere que fue Pedro Sarmiento de
Gamboa.
Años
después, en 1578, la Santa Inquisición volverá a ocuparse de él. Es que temen a
ese hombre, que todo lo hace "en el Nombre de Jesús y la Virgen
Santísima", pero intuyen que eso es pantalla pura, pues maneja
conocimientos y habilidades que a los inquisidores les son vedados, y no saben
de dónde los obtuvo. Cuando en 1567 se organiza desde la propia Lima la célebre
expedición que irá en busca de las bíblicamente definidas como
"maravillosas tierras de Ofir" (el actual archipiélago de Salomón),
Sarmiento de Gamboa, que ha estado por año y medio semi oculto en el Cuzco, se
enrola entusiastamente en la partida, con el cargo de "Capitán y Consejero
de Derrota" de la patriada que dirige Álvaro de Mendaña.
El
7 de entro de 1568 hacen puerto en una isla que denominan Santa Isabel de la
Estrella. Las aventuras corridas en el viaje son variadísimas, y Pedro
Sarmiento hará después un prolijo relato de todo y sus riñas con el propio
Mendaña y el piloto Hernán Gallego, porque él quiere continuar viaje al este en
busca de "una grande Tierra" que, sabe, existe. Si le hubieran hecho
caso, España habría descubierto y tomado posesión de Australia.
El
asalto del pirata Drake al Callao el 15 de febrero de 1579 motiva que Sarmiento
de Gamboa, con el grado de Sargento Mayor, integre la flota que sale a
castigarlo. No se logra otro objetivo que un rotundo fracaso. Pero no obstante,
la dura experiencia sufrida sirve para que España comprenda la urgente
necesidad de fortificar el Estrecho de Magallanes, pues el corsario británico
con su "hazaña", cruzando antes por el paso, ha dejado expedito el
camino para que toda la plaga pirata franco-inglesa que navega por el Atlántico
caiga ahora sobre los cuasi indefensos puertos del Pacífico. Y el 10 de octubre de 1579 este auténtico
Ulises de América, al comando supremo de una pequeña flota de dos naves, las
"San Francisco" y "Nuestra Señora de la Esperanza”, zarpa del
Callao. Diez meses y ocho días después, el 19 de agosto de 1580, Sarmiento lanzaba
el ancla en el Guadalquivir, España. Lima y Sevilla quedaban unidas por mar.
Una
de las razones valederas para realizar la toma de posesión y población de los
territorios magallánicos es la descripción física que Sarmiento ha hecho de sus
riquezas, al pasar por la región, en su periplo Callao-Sevilla. Leamos: "
... hay árboles de los de España: cipreses, sabinas, acebos, arrayanes,
carrascas, apio y berros; aunque estos árboles estén verdes y mojados, arden
bien, Hay patos negros y gaviotas y rabos de junco, que así se llaman porque
tienen en la cola una pluma muy larga y delgada, encarnada, que cuando vuelan
parece aquella cola un junco o palo delgado; rabí-horcados, que son como milanos
y tienen la cola partida, y los mexillones cubren todas las piedras y
arrecifes, y hay en ellos tantas perlas, perlas menudas, y dellas pardas y
también blancas, que al comerlas se nos quebraban las muelas". Otro relato
muy especial: "Una noche, mientras avanzaban por la salina y caliginosa
superficie (del Pacifico) cierto marinero cayó al agua, y cuando ya todos
desesperaban de encontrarlo y rescatarlo por las vías naturales, Mendaña (el
capitán) les rogó que le encomendasen a Nuestra Señora, que ella lo guardaría.
Entonces todos pudieron ver una luz que descendía por los aires, hasta situarse
sobre el mozo como una candela, y no cesó de alumbrar hasta tanto el náufrago
fue restituido a bordo".
"Otro
día, cuando despuntaba el alba, la nao capitana en que navegaba Pedro Sarmiento
de Gamboa chocó con una ballena que estaba durmiendo. El impacto fue tan grande
que puso espanto a algunas personas, y durante los días subsiguientes las
conversaciones se animaron comentando el incidente y las gigantescas
proporciones del cetáceo". Pero lo
más impresionante ocurre el 7 de enero de 1568, cuando arriban a la Isla de
Santa Isabel de la Estrella (así la bautizan ellos y aún conserva hoy día esa
denominación). El episodio proporciona el avistamiento "de la
Estrella" que cierra el rimbombante nombre: “... cuando entraban las naves
por el puerto de Samba, con todo y ser la hora exacta del más claro mediodía,
vieron en el cielo una estrella refulgente que parecía guiarlos hacia un
fondeadero resguardado, como guió a los Reyes Magos otra estrella hacia el
portal de Belén".
En
Karukinka, el Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas de Tierra del
Fuego, y tomado directamente del diario de navegación de Don Pedro Sarmiento de
Gamboa, hay reproducido este párrafo: “Al penetrar en el Estrecho de
Magallanes, el domingo 7 de febrero de 1580, esta noche, a una hora de la
noche, a la banda del sudeste, cuarta al sur, vimos salir una cosa redonda, bermeja
como fuego, como una adarga, que iba subiendo por el cielo o viento. Sobre un
monte alto se prolongó: y estando como una lanza sobre el monte, se hizo como
media luna entre bermeja y blanca, las figuras eran de estas maneras” (y aquí
vienen tres dibujos: un plato casi redondo, un plato alargado y una especie de
media luna).
Fuente:
Picco, Héctor Antonio. Las pruebas materiales de la tierra hueca. 2a.ed. Buenos Aires: La Edad de Oro, 1987.
Picco, Héctor Antonio. Las pruebas materiales de la tierra hueca. 2a.ed. Buenos Aires: La Edad de Oro, 1987.
Nota: La Isla de Santa Isabel es la de mayor longitud de las Islas Salomón, situadas en Oceanía, y su extensión de 2.999 km² hace que sea la de mayor extensión de la provincia de Isabel. Los españoles fueron los primeros europeos en llegar a la isla. En 1568 alcanzó la isla la expedición de Pedro Sarmiento de Gamboa, Pedro de Ortega y Álvaro de Mendaña.
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