Monumento al Minero en Portovelo, provincia de El Oro, Ecuador. |
Algunos
afirman que el nombre de "Portovelo" fue adoptado por los ingleses, en el año de 1880
cuando una empresa laboró en este sector con el nombre de “Grant Zaruma Gold
Mining Company Limited”. Fueron ellos quienes llamaron a este sector
“Portovelo” por su semejanza con algún parque de Londres. No se puede afirmar,
que ésta sea la causa del nombre ya que hay otras versiones como “Tumbes en el
siglo XVI era puerto de importancia estratégica, era un sector obligado de
arribo y desembarque para los conquistadores españoles que llegaron a nuestro
litoral con procedencia de Panamá. Muchos de ellos fueron mineros quienes
catearon las arenas del Río Tumbes, encontraron el codiciado metal en forma
rentable por lo que acordaron remontar el río en canoa en busca de los filones que
servían de criaderos en rocas de alturas. Fueron sorteando todo obstáculo entre
ellos una cascada, llegando a la unión de los dos ríos caudalosos, guiados por
los cateos.
Recuerdos de la época de oro en Portovelo. |
No
siguieron el curso del Pindo formado a pocos kilómetros arriba, hacia Loja con
la unión del Ambocas y El Luis y prefirieron el otro de corto trayecto, el
Guichiguichi, producto de la unión de los ríos Calera y el Amarillo. Una vez en
sus juntas siguieron el segundo (Amarillo) por su mayor riqueza, origen de su
nombre dado tal vez por los atrevidos y osados explotadores. A cosa de media
legua dieron con una playa que bautizaron con el nombre de Portovelo y desde
entonces se llama así, por alguna semejanza topográfica con el puerto marítimo
de Istmo de Panamá, así llamado por la exclamación que le dictó a Colón la
belleza de la bahía, tumba del primer ingles que dio la vuelta al mundo
(Francisco Drake), después de haberlo hecho, el segundo jefe de la expedición
organizada con tal objeto por el célebre marino portugués Francisco de
Magallanes. En viaje de occidente a oriente, pasadas las bocas del río Chegres
exclamó el descubridor de América al entrar en la bahía aludida. ¡Qué puerto
tan bello!”
Museo Mineralógico, cuyo fundador y propietario es Magner Turner Carrión. |
La
travesía descrita, por donde salió el oro de Portovelo y por donde entraron los
pertrechos a Loja, es la ruta por Tumbes, Zarumilla, Portovelo siguiendo aguas
arriba desde el Río Tumbes en el pacifico hasta los contrafuertes auríferos
zarumeños. Por la ruta del Puerto de Jambelí, Zambotambo, Ayapamba, Portovelo,
se acortó el camino y se hizo menos agreste la vía hacia Portovelo que siguió
siendo asiento de minas y palenque de los negros esclavos, impedidos, no podían
vivir en Zaruma por evitar que se junten con los indios y estos los mataban a
palos.
La
ruta más corta hacia el oro de Portovelo se da así: las carabelas, entre ellas
la Capitana, navegaban bordeando las costas explorando los esteros, de esta
forma, entraron en Jelí al desagüe por el Río Santa Rosa y luego aguas arriba
por el Río Carne Amarga en donde improvisaron un atracadero que sirvió de
puerto para sacar el oro de Curipamba y Portovelo y subir todos los pertrechos
y abastecimientos de la conquista y encomienda de Loja. El oro de la mina de
Curipamba tendría 700 años de explotación y dataría del período preincaico y
prehispánico.
A
las tierras del oro de Zaruma se les asigna el trato de asiento de minas. Las
tierras de Loja se extendían desde Jambelí en el mar del Sur hasta el mar dulce
del río Marañón. El primer asiento de minas en estas tierras es Curipamba,
actual Portovelo. Su riqueza aurífera atrajo a los primeros colonizadores.
Zaruma
es aprovechada para vivienda de los castellanos, así como para los aborígenes y
mitayos traídos de la sierra. Se estableció en Portovelo los cuarteles negreros
y proveedurías reales desde donde se repartían a los esclavos hacia tierras
orientales, Loja, Cuenca, norte del Perú y Zaruma. Los trabajos exclusivos de
ellos eran de socaboneros, cargadores, picadores, estableciéndose en Portovelo,
desde 1550 (Poma, 2003).
Juventud actual de Portovelo. |
El topónimo “kuripamba” proviene
del quichua “kuri”, que significa “oro”, y “pamba”, planicie. Estuvo habitada
por los Paltas, parte de la Confederación Cañari. Muchos de sus pobladores
decidieron huir para no ser explotados en las minas, al ser obligados a
trabajar buscando oro. Mucha gente murió. Los nombres nativos propios de la
zona son Zaruma, Curtincapac, Salatí, Guishaguiña, Ayapamba, Arcapamba, Paccha,
entre otros. Los habitantes prehispánicos de estas regiones auríferas
descubrieron los yacimientos e idearon efectivos métodos para su explotación.
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