ALBERTO MONGE RODRÍGUEZ, HÉROE NACIONAL DEL ECUADOR |
Alberto Monge nació en
Zumba, provincia de Zamora-Chinchipe, el 12 de abril de 1924. Tenía 17 años
cuando acudió al llamado de la Patria en calidad de combatiente civil junto a
un grupo de ciudadanos en su tierra natal. Nuestro territorio corría peligro
por la presencia de miles de elementos peruanos fuertemente armados en la
ribera sur de los ríos Canchis, Blanco, San Francisco. Todo a la vista
presagiaba un ataque peruano bajo un plan previamente trazado, al mismo tiempo
que el Golfo de Guayaquil y las provincias de El Oro, Loja y Oriente.
PARQUE CENTRAL DE CHACRAS, ARENILLAS, EL ORO. |
Don Alberto nos narra con
lujo de detalles y una memoria muy lúcida –a pesar de sus casi 92 años de edad-
su participación en la frontera junto a unos pocos militares armados de fusiles
“Máuser” y una ametralladora “ZB”, que en el momento preciso causó una
mortandad en los invasores. Además portaban machetes que en ciertos casos de
lucha cuerpo a cuerpo los utilizaron y causaron pánico en jóvenes soldados
peruanos, incluso de unos 13 o 14 años de edad, a quienes los enviaban como
“carne de cañón” en esos paraje inhóspitos de la selva. Sobre sus cadáveres,
según relata don Alberto, pasaban los peruanos y recibían el vómito de fuego de
la ametralladora, que literalmente barría esas líneas, en puntos suspensivos
para la historia.
"JAMÁS PUDIERON PASAR EL LÍMITE LOS PERUANOS. NO LES PERMITIMOS" |
En algunos casos los sureños
acudían al río, para con sumo cuidado y mirando a todas partes, beber agua,
pero era el momento de atacarlos y causar en sus filas una verdadera mortandad.
Como respuesta peruana, decía nuestro entrevistado, descargaban toda su furia
disparando armas pesadas sobre la selva, derribando árboles y limpiando la
maleza, pero sin lograr mayor efecto pues los ecuatorianos se encontraban en
sus trincheras por las cuales circulaban y en horas de la noche recibían un
modesto abastecimiento por parte de efectivos que venían desde Zumba. Así, tras
largas semanas de ataque, jamás pudieron rebasar las líneas ecuatorianas que
hoy conocemos en el sector de La Balsa, límite internacional.
En 1942 don Alberto llegó a
Chacras caminando y atravesando ríos y selvas durante varios días. Allí conoció
a doña Julia Valarezo, con quien se casó y luego adquirió una pequeña propiedad,
para quedarse a vivir en el lugar definitivamente. El ex combatiente de 1941
nos muestra una condecoración de “Héroe Nacional”, diplomas y otros recuerdos.
Su esposa falleció hace unos años pero la casa conserva mucho de su estado
inicial. Se emociona al contar su historia y reitera que “los peruanos jamás
pudieron pasar el límite y que los combates fueron muy sangrientos…”
César Pinos Espinoza.
Octubre de 2014.
cesarpinose@hotmail.com
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